Los Tratados de Libre Comercio: Analisis y perspectivas (página 2)

Partes: 1, 2

Interpretando a Guerra (2007),
Con los TLC ganan
especialmente los países pequeños, y
particularmente su agricultura e
industria.
Estados Unidos
es mucho más grande que el Perú, pero esa es una
característica que juega a nuestro favor, porque poseemos
un mercado
pequeño con un bajo poder de
compra, mientras que nosotros, con sólo penetrar 0,1%
más de su mercado, con productos en
los que tenemos ventajas, incrementaríamos nuestro PBI en
4%. Según la experiencia de otros países, el
significativo potencial exportador del Perú y su evolución exportadora reciente, el TLC con
Estados Unidos representará más exportaciones,
más empresas
exportadoras (mayormente pequeñas), más empleos
mejor pagados y mayor diversificación de la oferta
exportable.

Sin embargo, el TLC no conlleva beneficios
automáticos. Por ello, al negociarlo, es necesario adecuar
tanto la institucionalidad pública como la privada a los
desafíos de una economía abierta y global. Los sectores
público y privado tienen que continuar haciendo su tarea
para superar los problemas
estructurales del país y elevar la competitividad
de las empresas con el fin de maximizar los beneficios
potenciales del TLC.

Según Fairlie (2006), el TLC consolidaría
el acceso preferencial del Perú a la economía
más grande del mundo, lo que le permitiría ganar
competitividad frente a otros países que no gozan de
preferencias similares y ponerse en igualdad de
condiciones frente a aquellos que sí gozan de ellas. Un
propósito en las negociaciones -que incluyen todos los
aspectos de la relación económica bilateral- es
obtener un acuerdo equilibrado e integral que beneficie el
desarrollo de
las cadenas productivas de la economía. Garantizar el
acceso preferencial permanente de las exportaciones peruanas a la
economía más grande del mundo, haciendo vinculantes
y permanentes en el tiempo las que
en el ATPDEA son preferencias unilaterales, temporales y
parciales.

Se consideran objetivos del
TLC los siguientes: i) Incrementar y diversificar las
exportaciones, eliminando distorsiones causadas por aranceles,
cuotas de importación, subsidios y barreras
para-arancelarias y teniendo en cuenta el nivel de competitividad
del país para la definición de plazos de
desgravación; ii) Atraer flujos de inversión privada nacional y extranjera,
propiciando el desarrollo de economías de escala, un mayor
grado de especialización económica y una mayor
eficiencia en
la asignación de los factores productivos; iii) Contribuir
a mejorar calidad de
vida de las personas a través del acceso del consumidor a
productos más baratos y de mayor calidad y
variedad, la expansión de la oferta de empleo, el
incremento de los salarios reales
en el sector exportador, iv) Establecer reglas claras y
permanentes para el comercio de
bienes y de
servicios y
para las inversiones,
que fortalezcan la institucionalidad, la competitividad y las
mejores prácticas empresariales en el país; v)
Crear mecanismos para defender los intereses comerciales peruanos
en Estados Unidos y definir mecanismos claros, transparentes y
eficaces para resolver posibles conflictos de
carácter comercial que puedan suscitarse;
vi) Reforzar la estabilidad de la política
económica y de las instituciones,
así como mejorar la clasificación de riesgo del
Perú, lo que contribuirá a rebajar el costo del
crédito
y a consolidar la estabilidad del mercado de
capitales; Viii) Reducir la vulnerabilidad de la
economía a crisis
financieras externas e incrementar la estabilidad de nuestros
indicadores
macroeconómicos, al estrechar vínculos con las
tendencias de una de las economías más estables del
mundo; viii) Elevar la productividad de
las empresas peruanas, al facilitarse la adquisición de
tecnologías más modernas y a menores precios, que
promueven la exportación de manufacturas y servicios con
valor
agregado.

Integración Comercial y
Desarrollo:

La integración comercial a los grandes
mercados
mundiales es hoy una de las principales condiciones para el
desarrollo nacional. Pero en los últimos veinte
años el mundo ha experimentado acelerados cambios sin
precedentes a los que el país tiene necesariamente que
adaptarse.

El nuevo orden económico mundial presenta
horizontes de bienestar y progreso a los países que sean
capaces de integrar sus estrategias de
desarrollo a la dinámica de internacionalización de
los mercados, en los que el intercambio comercial de bienes,
servicios, tecnología y
conocimientos es cada vez más intenso.

En este sentido, los tratados de
libre comercio
-y en particular el TLC con Estados Unidos aparecen como un
eficaz instrumento para que la economía peruana profundice
su inserción en la dinámica global. Ciertamente, en
ese proceso
tendrá que resguardarse los productos o servicios
más sensibles. Pero está claro que, sean cuales
sean los retos, el Perú estará mejor mientras
más acceso a los mercados internacionales tenga y
participe activamente en el comercio mundial.

La
regulación del comercio mundial:

El comercio
internacional sería imposible si no existieran
principios y
normas de
regulación acordadas. Si cada país tuviera su
propio sistema, el
intercambio comercial resultaría demasiado costoso y las
relaciones comerciales se convertirían en caos total y
fuente de conflictos permanentes.

El GATT y la OMC: Por eso,
luego de la Segunda Guerra
Mundial surgió el Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio (GATT), como organismo multilateral
regulador del comercio mundial, al que el Perú se
integró en 1951. A partir de 1995 dicho organismo se
convierte en la actual Organización Mundial del Comercio (OMC).

En virtud de la regulación multilateral, los
países miembros no pueden establecer discriminaciones, de
manera que si se concede una ventaja especial a uno de ellos
tendrá que hacerse lo mismo en todos los países,
esto se conoce como el principio de Nación
Más Favorecida (NMF). Sin embargo, existen excepciones
como los regímenes unilaterales de acceso preferencial
otorgados por países desarrollados a aquellos en
desarrollo y los acuerdos entre determinados grupos de
países, como la Unión
Europea, la Comunidad
Andina de Naciones, el MERCOSUR y el
NAFTA (North
American Free Trade Agreement, por sus siglas en inglés).

Los
sistemas de
preferencias arancelarias:

En 1971, el GATT autorizó a los países
desarrollados a otorgar preferencias arancelarias a los productos
originarios de los países en desarrollo. Ese año la
Unión Europea estableció el Sistema General de
Preferencias (SGP) y Estados Unidos hizo lo propio en enero de
1976. A partir de 1991 se acentuaron los regímenes
unilaterales de acceso preferencial. Así, la Unión
Europea creó el Sistema General de Preferencias Andino
(SGPA) y Estados Unidos su Ley de
Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA), para favorecer a
Perú, Bolivia,
Ecuador y
Colombia en su
lucha contra el tráfico ilícito de drogas.

El SGPA fue renovado desde el 1 de enero de 2002 hasta
el 31 de diciembre de 2005. La Unión Europea ha anunciado
la aprobación de un nuevo mecanismo denominado SGP Plus y
que reemplazara al SGPA. El ATPA, que dio beneficios arancelarios
a alrededor de 5.500 grupos de productos (léase partidas
arancelarias), se hizo efectivo para Perú en agosto de
1993 y venció en diciembre de 2001. Fue renovado en agosto
de 2002 como Ley de Promoción Comercial Andina y de
Erradicación de Drogas (ATPDEA), la cual incorporó
un aproximado de 700 grupos de productos adicionales.

El Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos (TLC) no sólo dará
carácter permanente a los beneficios que el ATPDEA –
vigente hasta diciembre de 2006- otorga de manera transitoria y
unilateral, sino que se ampliará el acceso real a todo
el universo
arancelario, es decir, permitirá la exportación de
todos nuestros productos y servicios a Estados Unidos.

Debido a ello, el TLC constituye un instrumento valioso
de integración que permitirá invertir, planificar y
desarrollar nuestras exportaciones en un horizonte de
estabilidad, previsibilidad y transparencia.